martes, 28 de junio de 2016

La chica de los tacones rojos



Hace una semana salía de mi trabajo algo cansado a eso de las 8: 00 pm, cuando mi celular de repente sonó, era un mensaje de texto de un viejo amigo que decía:

Cuando salgas de trabajar date la vuelta por el bar de Lucho, para unos tragos con la gente…

No lo pensé dos veces, necesitaba distraer un poco la mente y alejarme de todo lo que tuviese que ver con el trabajo. Llegué, salude a mis amigos; que estaban tomándose unos tragos y pedí el mío. 

Nos pusimos a hablar de muchas cosas cuando de repente sentimos que la puerta del bar se abrió, lo que vimos entrar fue algo que nos dejó atónitos. Era una mujer joven, pelo lacio, glamorosa, labios color rojo oscuro, cuerpo despampanante y tacones rojos. La mujer se sentó y pidió una copa del vino de la casa. En su hablar se notaba un vocabulario complejo e inteligente.

Mis cinco amigos, ya algo picados, comenzaron a molestarme y apostaron 100 soles cada uno a que no podía llevarme a la chica glamorosa a pasar la noche conmigo. Yo como todo un Don Juan, acepte la apuesta. Noté que la copa de la chica estaba terminada, pedí dos copas de vino de la casa y me acerqué a ella.

Comenzamos a hablar, pasamos a reír, seguimos tomando y hasta utilicé esa vieja técnica de citar frases de poetas y dramaturgos para captar su atención. Después de varias copas la chica me dijo que si podíamos ir a un sitio más cómodo, como por ejemplo mi casa. Fuimos a mi casa y no perdimos tiempo, tuvimos el sexo más salvaje que jamás haya tenido; fue casi sacado como de la novela las "Cincuenta Sombras de Grey". Cuando terminamos; me quedé dormido, a su lado... Jamás pensé que al levantarme iba a encontrarme en mi cama solo, con 100 soles a mi lado y esta carta.

Chico Desconocido:
Disculpa que me haya ido sin decirte nada pero no soy de ese tipo de chicas que duerme acurrucada con desconocidos, ni estar a su lado cuando sale el sol. Mucho menos soy de las que les gusta que su sexo casual le lleve desayuno a la cama. Sé que debes sentirte un poco confundido leyendo estas líneas. Pero la realidad es que yo soy otro tipo de mujer, si piensas que ayer me llevaste a la cama porque eres todo un casanova; te equivocas. Yo escogí irme contigo porque tenía ganas de tener sexo, al igual que a los hombres les dan ganas a las mujeres también y tenemos el derecho de decidir cual cumple nuestros estándares para esa noche en particular. Si piensas que anoche fui tu objeto sexual y que soy un trofeo para exhibirlo a tus amigos, te vuelves a equivocar. Tú fuiste mi objeto sexual, hiciste lo que yo te deje hacer. Pero a diferencia tuya, yo no necesito trofeos para exhibir cuando cuento con mi propia colección privada. ¡Nos vemos!

Atentamente: La chica de los tacones rojos

Postdata: Casi se me olvida, los 100 soles que te dejé en la cama es tu retribución por el esfuerzo de anoche. ¡Besos!

1 comentario:

  1. Se me vino a la mente un compañero durante un viaje de trabajo. El sujeto en cuestión no perdía el tiempo en "trampear" con cada fin de semana, el trabajo duró un mes y medio. Hasta que en un almuerzo, le comenté que la razón por cual su novia no le contestó su llamada la noche anterior es porque debía estar divirtiéndose IGUAL QUE ÉL. Obviamente se alteró, así que seguí metiéndo ideas en su cabeza y lo que resta del viaje ya no estaba tan tranquilo y confiado como al principio. A los meses me enteré que su novia lo mandó, literalmente, a la mierda. Por alguna imprudencia de él. Desde entonces lo llamamos "gato manco", porque no sabe como tapar sus cagadas.

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