martes, 21 de febrero de 2017

Papacitoooo, te daría duro...


Aun recuerdo la primera cita, yo como siempre llegué temprano, mierda!! ya tocó esperar, fui de verde agua y unos shorts rasgados, que para mi en ese entonces, era el mas putero de todos, lo cierto es que estaba 5 cm arriba de la rodilla, hoy está 5 cm de verse la nalga... 

10 minutos después, él aparece con su peinado Elvis Presley, camisa a cuadros con olor a jabon bolívar que me fascina!! y pantalón drill color beige, ese pantalón si era bien putero, su billetera pedía auxilio y para ser sincera su culo me decía "mírame" yo no queria pero era inevitable.

Con un beso en la mejilla preguntó que queria comer, yo tan modesta dije "lo que sea" odio que digan eso, pero se me escapo, su trasero me desconcentraba, fue el rey del show, siii!! a las mujeres también nos pasa, a veces miramos la cola de los hombres pero no les decimos "papacitoo, te daría duro" aunque a veces si. 

A él le gusta mucho el pollo a la brasa y también el ceviche bien picante, estábamos cerca de una polleria, donde lo único rico era la limonada, él desde un principio fue muy atento, aunque él ordeno por mi, lo cual odio considerando que soy muy controladora, una vez que la mesera tomó la orden, él le pregunto si aceptaban visa y que tipo de cambio estaban considerando, era claro que queria impresionarme, el resto de la tarde se tendió entretenido a veces y otras aburrido, mi sobrina y su trabajo fue el tema de conversación, terminamos de comer, él pidió la cuenta, la pagó y salimos del restaurante, a la salida había un triciclo de donofrio, compró dos helados un Alaska de maracuya y bb de cicha para él, caminamos un poco; me mostró algo de su trabajo, ya cuando nos despedimos, me acompaño al paradero a tomar el colectivo, 5 minutos después me llegó un texto de él diciendo "La pasé muy bien, espero se repita" o bueno algo asi, luego un whatssap con "No dejaba de mirar tu cabello, me gusta mucho" yo solo pensaba: ja ja yo no dejaba de pensar en tu poto, ya no es necesario aclararles que desde entonces nos whatsapeabamos día, tarde y noche.

Foto: João Guedes

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