… 6:00 de la tarde, le doy uso a la pijama que me regalo la tía
Panchita. Intento escribir y no sé por donde empezar, tengo un café, unos
caramelos de perita, ando algo caliente, no tengo novio y a mis amigos con
derecho los mandé a la banca por quien me juraba amor, dudo mucho que ahora
quieran hacerme favores, que mierda!! Si hubiera sabido que me iba a terminar,
tal vez habría dejado mi reserva para tardes como esta; mi mejor amigo dice que
debo recurrir con Manuela, que ella hace milagros, y la verdad que sí, pero
después de probar un pastel de fresa con chantilly y crema pastelera, ya no
quiero volver al típico kekito de naranja, con el perdón de Manuela, que de
seguro si ella hablará también me chotea, es que hace mucho no me vi en la
necesidad de buscarla.
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